jueves, 30 de agosto de 2007

domingo, 12 de agosto de 2007

don Robinson Mora





A mi modesto entender la gloria mas grande que tiene hoy poy la region de Aysen

para que los que pasan por aqui lo conozcan

jueves, 9 de agosto de 2007

De las Correrías del Afanado padre GARCIA y otras Chichas.-

Transcurría el año de 1767 de nuestra era, chiloe , como siempre lluvioso, los nativos en sus actividades cotidianos, en la capilla de la misión de Queilin el padre García preparaba sus ultimas vituallas para el largo viaje que emprendería. Sabia el sacerdote que hacia los confines de chiloe estaba habitado por nativos de las etnias Chonos y Alacalufes , además de una rica flora compuesta principalmente por árboles de tepú, lumas , mañios y o arbustos como el ciruelillo, hermoso arbusto maderable, como lo relata el padre en su crónica.
La gracia y la curiosidad patagónica que quiero resaltar en esta oportunidad es que se dice el padre garcía habría andado en las cercanías del fiordo Qeulat, en efecto en el camino que une Coyhaique Puerto Cisnes y Puyuhuapi en pleno parque Qeulat, de hecho, se lee Puente del padre “García “ y se supone que en esa zona el padre habría tratado de cruzar con sus botes en andas buscando una nueva salida al pacifico y lo curioso es que a esta fecha los jesuitas ya habían sido expulsados de todos los dominios de la corona España y el padre García habría sido el único y el ultimo misionero Jesuita que continuaba con su labor apostólica , ya que no tenia forma alguna de saber que sus compañero de evangelización estaban expulsos, ya en Valparaíso embarcándose al callao para allí reunirse con los de la Provincia del Perú.
En efecto Nuestro temerario Padre García, luego de concluir su expedición Patagónica bautizar y lograr la conversión de algunos nativos regresa a su misión de Queilin. Grande debió ser su sorpresa al constatar que sus compañeros ya no estaban y asombroso debió resultar para las autoridades civiles el hecho de tener que embarcar al ultimo Jesuita Rezagado de la Patagonia.
Finalmente conviene aclarar que esta gran orden solo pudo regresar a Chile a retomar su labor evangelizadora recién en 1815, ósea cuando Chile ya era una republica soberana.